Para comenzar, nuestro objetivo en común, es la recuperación del paciente. Con esta intervención, también se quiere lograr un alivio para los cuidadores, proporcionándoles unas pautas de actuación respecto a la enfermedad, para que sientan seguridad y apoyo a la hora de gestionar los problemas que puedan aparecer en un momento en el que no se encuentre el terapeuta, y que no se sientan solos en el proceso de recuperación.
Debido a que el curso de la enfermedad, y por lo tanto del tratamiento es prolongado en el tiempo, en ocasiones pueden aparecer sentimientos de vulnerabilidad respecto a la enfermedad, y de esta manera sientan que actúan de manera correcta por las pautas marcadas por los profesionales.