La aplicación de la musicoterapia en el contexto de la salud mental puede ayudar a (Diví, M.A. 2020):
- Mejorar la interacción social y la comunicación.
- Distraerse de las preocupaciones neuróticas u obsesiones.
- Participar de manera apropiada y exitosa en una actividad de grupo.
- Controlar conductas impulsivas.
- Identificar y expresar emociones.
- Resolución de problemas.
- Toma de conciencia de las propias conductas y facilitación de cambios conductuales.
Dentro de la salud mental, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son un grupo de afecciones que producen una distorsión en la imagen corporal y establecen una relación patológica con la ingesta de comida. La dificultad en el reconocimiento, expresión y aceptación de emociones; y otros rasgos como la baja autoestima y la ansiedad, son variables de riesgo para padecer estos trastornos. Tomando como principio la relación que existe entre la música y las emociones, se puede intuir el potencial que la musicoterapia tiene en la superación de estos trastornos y la mejora de la calidad de vida de quienes lo padecen, así como de sus familiares y entorno próximo (Arias, M. y Lorenzo, A. 2017).
Mediante la aplicación de la musicoterapia en los TCA podemos:
- Crear un entorno seguro para la expresión libre y liberadora de las emociones.
- Proyectar y recrear situaciones familiares a través del mundo sonoro, para darles un nuevo enfoque y significado.
- Fomentar la autoestima y recuperar el yo, integrado en una sociedad que comparte unos principios saludables.
- Promover y favorecer el desarrollo de los propios ritmos y tempos corporales de la persona, aceptando y reconociendo sus habilidades y recursos, con responsabilidad y respeto hacia sí misma.
- Reestructuración de la imagen corporal y de las relaciones interpersonales.
La musicoterapia con personas con TCA tiene una función contenedora, que les permite procesar sus sentimientos y finalmente reintegrarlos a la vida diaria. El sonido es una nueva manera de relacionarse y enfrentarse a lo doloroso, lo que también ayuda a encontrar nuevas formas de relación con el problema no resuelto, que puede ser la causa y el mantenedor del TCA.