La función en el tratamiento de l@s pacientes con TCA. El eje principal de cada sesión esta centrado en el presente, la persona decide qué contar y qué le preocupa. El respeto, la empatía, la escucha y el cariño son fundamentales en una psicoterapia, necesitamos crear un clima de confianza mutua. Las conductas alimentarias patológicas son la punta de un iceberg, lo que se ve, pero debajo hay mucho más, una historia que contar. En algún momento de su vida, cuando la persona sintió un malestar emocional muy intenso, la comida apareció como una “solución” que calmó esta sensación desagradable. Más que una “solución”, fue un “intento de solución”, que se ha mantenido en el tiempo y que no ha solucionado el problema principal, sino que se ha convertido en otro problema más, que además ha dejado enterrado al primero. La relación con la comida se ha vuelto dañina, a la cual se ve como una enemiga, sobre la cual la persona ha focalizado sus miedos, sus inseguridades, sus preocupaciones… y se siente atrapada intentando controlarla. La función del terapeuta no es averiguar el por qué del problema, sino el de ayudar a la persona a encontrar otras soluciones menos dañinas para gestionar su malestar emocional. La medicación puede ser complemento a la terapia que se puede valorar en un momento puntual.
Acudir a terapia ya es un paso enorme en la recuperación, trabajamos también la aceptación de que hay un problema y la motivación para solucionarlo de otra manera más sana. Esto es un trabajo en equipo: paciente, familia (padres, hermanos, hijos, abuelos, amigos, parejas,…) y profesionales. La persona no está sola en este proceso. El círculo social es muy importante para el tratamiento, contar con el apoyo de sus familiares es imprescindible. Aunque las sesiones suelen ser individuales, la persona puede invitar a cualquiera que pueda ayudarnos, escuchamos también sus propias preocupaciones y entre todos proponemos nuevos cambios. El tratamiento es un proceso en el cual se va aprendiendo de las experiencias, no hay prisas, no hay tiempos, cada persona tiene su ritmo, y nosotros le acompañamos. El objetivo final es la salud física y mental de la persona. La recuperación siempre es posible, nunca es tarde para vencer los miedos.